Dentro de este tema,
abordaré temas relacionados a la psicología de la antisocialidad, la cual se
debe recordar, no necesariamente debe ser un trastorno de la personalidad; para
esto, la investigación se basará en la comprensión
de la conducta.
Trastorno de
Personalidad Antisocial
De las
personalidades antisociales, puede decirse que son extrovertidas e inestables
emocionalmente y se caracterizan por la hostilidad, la rebeldía social y la
ausencia de conductas emocionales de miedo ante el castigo y las situaciones
arriesgadas, así como por los comportamientos impulsivos, la baja tolerancia a
la frustración y la dificultad para la demora del reforzamiento (Millón, 1998).
Para
complementar lo anterior se describirán los criterios establecidos en el DSM-IV
para el diagnóstico del TPA (trastorno de personalidad antisocial) los cuales
se centran casi en su mayoría en comportamientos observables:
A- El individuo
manifiesta un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los
demás que se presenta desde la edad de quince años, como lo indican tres (o
más) de los siguientes ítems:
1. Fracaso para
adaptarse a las normas sociales
2. Deshonestidad
3. Impulsividad
4. Irritabilidad
y agresividad
5.
Despreocupación
6.
Irresponsabilidad persistente
7. Falta de
remordimientos
B. El sujeto
tiene al menos dieciocho años.
C. Existen
pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de los quince años.
D. El
comportamiento antisocial no aparece en el transcurso de una esquizofrenia o un
episodio maníaco (Lykken, 2000).
Estudio de la Conducta
Antisocial
La integración de una conducta, se logra
con la expresión de un comportamiento, así, el quehacer humano, manifiesta los
matices biológicos, psicoafectivos y socioculturales que se combinan para
generar una acción. El espacio creativo del hombre, traduce el estrecho vínculo
de los elementos antes mencionados, su naturaleza, el grado de normalidad y las
patologías que encierra. Hoy en día, hablar de normalidad implica adaptación, y
la adaptación de un sujeto se aprecia en la medida que logra convivir con sus
semejantes y el medio en el que habita. Dentro del estudio de la conducta
existen clasificaciones, una de ellas, explica cómo se observa el hombre en
relación a su nivel de convivencia:
**Conducta social; en este tipo, los
sujetos se relacionan de manera grupal, aceptando y haciendo suyas las normas
sociales.
**Conducta asocial; el individuo se aleja
del medio y aunque conoce y observa las normas de convivencia social, prefiere
la soledad, la que asume voluntariamente de sus semejantes.
**Conducta parasocial; el sujeto
manifiesta comportamientos que se alejan de los socialmente establecidos,
intentan llamar la atención con su forma de ser. No agraden de manera
consciente a sus semejantes.
**Conducta antisocial; es aquella en la
que el sujeto voluntariamente se enfrente a la norma establecida, comete actos
que dañan a los demás y al hacerlo se daña asimismo. La justificación de sus
actos puede ser por motivos sociales, económicos, culturales o incluso
biopsicopatológicos, pero en todos los casos existe un perfil de concordancia:
el daño y la ruptura de la norma.
Una conducta antisocial, no es
necesariamente antijurídica, pero una conducta antijurídica, generalmente es
una conducta antisocial. Ante esta situación, el hombre ha definido penas, conceptualizado
delitos y enmarcado la expresión de los mismos. Esta demarcación, está matizada
por la cultura, la tradición, la religión e incluso la geografía. Incluso hasta
los eventos del maltrato físico a la mujer y la violencia familiar que exhiben
conducta antisocial son explicadas de distinta forma cuando se visualizan a
través de las diversas culturas, tradiciones y costumbres. Lo que para algunos
es un acto de violencia, para otros, sólo es un acto en el que se asegura la
autoridad y el respeto.
Por ello, escribir sobre la integralidad
de la conducta, implica analizar:
**Sociedad; La sociedad representa un
conjunto de individuos que, compartiendo un espacio geográfico, costumbres,
tradiciones y normas de convivencia, establecen relaciones mediante las cuales
se identifican y trabajan por un fin común, y pueden clasificarse en urbana,
suburbana o rural.
**Costumbres; están en dependencia
directa con la sociedad, se vinculan con la tradición, el espacio y el tiempo.
Influyen en los roles sociales, repercuten en el nivel de salud y en la
personalidad del sujeto.
Es poco probable modificar se súbito una
costumbre, ya que su impacto se graba en la conducta del sujeto como una
situación socialmente aceptable.
**Tradición; junto con la costumbre,
ambas son cuestiones inseparables. Se trasladan de generación en generación y
contribuyen a establecer rasgos fijos de convivencia en la conducta de los
individuos. Su presencia alienta la convivencia, aunque puede provocar en
algunos sujetos el asilamiento. También es parámetro que enmarca la regularidad
de las manifestaciones conductuales ya que todo aquello que se aleje de su
expresión, cae en una percepción parasocial, asocial o antisocial.
**Espacio, Tiempo y Contexto; cada
sociedad evoluciona acorde a sus necesidades. En la medida en que las
necesidades se satisfacen se forman normas y criterios de convivencia que
tienden primero a procurar el avance y el aseguramiento de la estabilidad en la
comunidad y en un segundo aspecto, promueven las transformaciones que aseguran
la calidad de vida de los sujetos.
Por ello, en dependencia de las
necesidades, se dan las soluciones. Y la calidad y pertinencia de las mismas,
se revela en el comportamiento de su sociedad. Cada tiempo, entonces se
presenta distinto y cada contexto traduce los enfoques de tratamiento a las
problemáticas específicas revelando al mismo tiempo las carencias.
**Sexo, Edad y Ocupación; cada sociedad
delinea de manera específica las funciones que deberán cumplir sus miembros en
dependencia directa de su sexo, edad e incluso el tipo de ocupación. Esto
aunque visto de primera intención como benéfico, limita a la persona. No todos
están dispuestos a someterse a los roles. Y otros o bien los cumplen con
suficiencia, o no tienen capacidad para darles respuesta de ahí que surjan
conflictos de identidad que condicionan conductas diversas
**Religión; Este aspecto es muy
importante para el crecimiento, desarrollo y evolución de un pueblo. Incide de
manera particular, en las pautas de conducta de los sujetos y puede cuando es
observada con apego, apoyar el cumplimiento de las normas que regulan la
conducta social.
La religión regula y controla la
participación del hombre, con el hombre mismo, con sus semejantes y con su
entorno; además lo responsabiliza del bien común y lo alienta al logra de
satisfactores que favorezcan su socialización.
Existen líderes, que malinterpretando el
sentido y dicho religioso, proyectan a los ciudadanos a la realización de actos
antijurídicos convencidos de que es un deber sacramental. Crímenes fabricados y
encubiertos por el velo de una religión ajustada a los intereses de unos
cuantos.
**Status; se identifica con el poder
económico de cada sujeto. A mayor capacidad de solventar necesidades
materiales, mayor seguridad del sujeto. Muchos equiparan su estima, con su
nivel económico. Y muchos hay que crean su propio sistema de reglas y normas
que aún cuando quebrantan o se contraponen con las socialmente aceptadas, las
ejercen sin ningún temor con la seguridad que su posición les da. Y en el lado
contrario, se encuentran aquellos que al carecer de todo, se sienten con el
derecho de “quitar” a quienes más tienen y lo hacen sin remordimiento alguno,
ya que consideran que su precaria condición es en parte resultado de los
excesos de los más favorecidos.
**Estación del año; Las estaciones del
año también influyen en el comportamiento de los sujetos. La mayor incidencia
de accidentes se aprecia en verano y otoño. Los suicidios en invierno, los
delitos sexuales en primavera y verano y en lo que respecta a los hechos
sociales como son los casamientos, se consuman en mayor número en invierno y
primavera.
**Escolaridad; a mayor nivel de
escolaridad, mayor elaboración en la comisión de actos antisociales y
antijurídicos, y a mayor escolaridad, las conductas se expresan a favor de
conseguir bienes materiales, se intenta causar daño únicamente de tipo material
al otro, aunque las lesiones sobre todo bajo la influencia del alcohol pueden
ser ejercidas sin ningún cuestionamiento y también, se observa mayor
elaboración de estrategias para evadir el resarcimiento de los actos cometidos.
Si existe escolaridad inconclusa o con
nivel básico, generalmente la conducta antisocial se orienta a la comisión de
delitos contra la integridad del sujeto y su vida. Hay quiénes se especializan
en el trágico y consumo de drogas. Pero en general, con respecto a los sujetos
de menor escolaridad se expresa el delito del robo de manera preponderante,
siendo el más frecuente en la mayoría de las estadísticas actuales.
**Nivel de Salud; si el concepto de
salud, se describe actualmente como sinónimo de adaptación y capacidad de
convivencia en las relaciones sociales, entonces, se aprecia que el deterioro
de las mismas refleja no tan sólo carencia de socialización sino un estado no
saludable.
Existen además trastornos
neuroendocrinos, que predisponen a la manifestación de conductas antisociales y
enfermedades virales que alteran la conducta del sujeto que se refleja en el
individuo y repercute en su medio.
**Grado de Responsabilidad; La conducta
de un jefe repercute en sus subordinados y por ende en su empresa. Por efecto dominó,
todo lo que se hace o se deja de hacer en el trabajo, se traduce en un
comportamiento, en la imagen que el centro de labor brinda a la sociedad. Las
entidades laborales, que gozan de altos índices de producción, reconocen,
validad e impulsan los esfuerzos de cada uno de sus elementos. Propician el
sentimiento de identidad y con ello logran compartir responsabilidades y
aminoran el stress.
En cambio, aquéllas empresas en las que
no existe un esquema organizador, propician el autoritarismo vertical y la
descarga y el peso de la producción en una sola persona o en un grupo reducido
de personas. Lo que los ubica en situación de conflicto, mismo que se refleja
en su interrelación con los demás y con su entorno. Generalmente, estas
personas, descargan su malestar en su familia a la que desatienden o maltratan.
**Compromiso; En este apartado, la clave
de la funcionalidad en la conducta, está vinculada a la capacidad que un
individuo posee para reconocer sus potencialidades y sus debilidades. Situación
que le permitirá desempeñar funciones que no generen en su persona tensión por
carecer de elementos para desempeñarlas cabalmente. Asimismo, la identificación
con el fin al que está suscrito, permitirá actuar con responsabilidad,
diferenciando las oportunidades de los momentos no propicios.
**Personalidad; Este punto, consolida la
expresión de la integralidad de la conducta. Traduce la relación entre los
factores internos y externos que conforman el carácter del individuo y refleja
las influencias sociales, psicoafectivas, culturales y económicas de un sujeto.
El origen de la palabra revela la “máscara” que todo ser humano se fabrica en
base a la experiencia social, el impacto psicoafectivo y la herencia biológica
de su entorno.
El estudio de la conducta antisocial de
un sujeto criminal, debe considerarse como un proceso de investigación
científica; siendo la pregunta clave el ¿por qué?; Muchos individuos atraviesan
por situaciones extremas, pobreza, hambre, inseguridad, humillación, abandono,
vejación, soledad, pero de ellos sólo unos cuantos optan por la conducta
antisocial tipificada como delito.
Si consideramos que la sinapsis es la
clave de la conducta; la identificación, transmisión, conducción y respuesta
ante un estímulo parte de la efectividad de operación a nivel neuronal. Pero
para que se presente la acción neuronal se requiere de la participación de los
neurotransmisores y la constitución de estas sustancias, depende del equilibrio
metabólico. En la vida, como en el organismo, todo parte de la equidad, así que
por mínimas que sean las carencias, el organismo las detecta, y si no son
restauradas, de un estado de alerta, puede llegarse a una alteración.
El cerebro requiere de dos elementos
claves para funcionar: Glucosa y Oxígeno; elementos que el organismo provee de
tal suerte que su aporte es preferencial para órganos claves. Bajas o altas de
glucosa, modifican la expresión del comportamiento, se ha demostrado que
sujetos con hipoglucemias, aún cuando posean una conducta considerada como
normal, pueden llegar a robar para saciar su hambre; y sujetos con carencia de
oxígeno, desvarían en su comportamiento, incluso mostrando agresividad y
violencia.
Aunado a lo anterior, las condiciones en
las que se desarrolla la convivencia diaria son predisponentes para alterar la
conducta de un sujeto. En un departamento de consejería para parejas
disfuncionales, realizaron el experimento de que mientras lo sujetos esperaban
para acceder a la consulta, les incrementaban la temperatura de la habitación,
disminuían el aporte de oxígeno y cambiaban la música ambiental por música
estridente. Estos sujetos, a los quince minutos empezaban a discutir y a los
treinta minutos posteriores, incluso llegaban a situaciones de violencia
verbal. Si esto sucede en personas “normales”, no es difícil entender qué pasa
con sujetos que presentan conductas antisociales.
En el estudio de un sujeto antisocial, se
habrán de considerar los siguientes apartados:
**Persona; se debe valorar, datos
generales (edad, sexo, estado civil, pseudónimo, lugar de nacimiento, lugar de
residencia, tiempo de residencia, ocupación, tipo de ocupación, tiempo de
labor, etc.) escolaridad, hábitos, datos antropométricos, señas particulares,
tatuajes, pasatiempos, ocupación, cultura, costumbres, deportes, religión,
perfil psicológico, peligrosidad, antecedentes personales patológicos
(enfermedades propias de la infancia, adolescencia, adultez, cirugías,
transfusiones sanguíneas, fracturas, etc.) nivel de autoestima, visión del
mundo, capacidad de adaptación al medio y grado de tolerancia y frustración.
**Familia; primero se debe conocer si
existe la familia, de qué tipo es, si es funcional o no, de qué manera se
integra, nivel de relaciones intrafamiliares, apoyo, frecuencia del apoyo,
convivencia, tipo y funcionalidad de la misma, rol que desempeñaba el individuo
antes, durante y después del delito y en el momento del estudio. Qué
expectativas tiene la familia con respecto al sujeto, qué apoyos brinda la
familia al sujeto, y de qué manera la familia piensa apoyar al sujeto, si
continúa en el centro de readaptación social o de lograr su egreso.
**Sociedad; se debe observar el núcleo de
relaciones del individuo, la geografía, zona y lugar de residencia. Comparar si
las costumbres y tradiciones sociales son compatibles con las observadas o
descritas por el sujeto de estudio. El contacto con los amigos o compañeros
cercanos del individuo es deseable. Y la valoración de las normas que
sancionaron al sujeto visualizado en tiempo, espacio y contexto es de sumo
valor.
**Delito. Con referencia al delito, se
deberá observar su figura y tipo, si se dirigió hacía el daño de un bien
material o fue encaminado hacía otra persona. Algo de sumo interés es conocer,
si el individuo es primo delincuente o reincidente, de ser reincidente, si lo
es por el mismo tipo de delito (delincuente serial) o si existen delitos
distintos o semejantes pero con innovaciones en cuanto a su producción. Es
oportuno asimismo, inquirir si fue cometido el ilícito de manera aislada o en
compañía, si esta alianza fue ocasional o perduro después de la falta, si fue
ideación propia la comisión delictiva o recibió instrucciones.
El que alguien genere un delito,
representa una situación de análisis seria. Porque quien rompe una norma y
daña, manifiesta una necesidad resuelta por caminos erróneos; expresa una
deformación de la realidad y una visión social desvalorizada y por ende, una
estima muy baja. Tan baja es la autoestima de quien delinque, que no le importa
dañar aún cuando ese daño repercuta en su persona, en su familia y en su
entorno.
El estudio de un sujeto que cometió una
conducta delictiva debe realizarse sin preconceptos, de tal manera que se evite
la parcialidad, particularización en la emisión de juicios y justificación en
el proceder del sujeto.
El sujeto que delinque, lo hace
encontrando en su proceder, la satisfacción de una necesidad. La necesidad
genera una acción, la acción refuerza la intencionalidad, da como resultado una
conducta que estimula a su vez una nueva necesidad, que al sentirse saciada de
manera plácida, intensifica una nueva acción, produciéndose una cadena causal. Así, al investigar el origen de la
manifestación delictiva (criminogénesis), y al describir con criterios de
universalidad, los elementos que sostuvieron su tendencia de acción (u omisión
acorde al caso), el momento mismo del delito y el lapso de tiempo que
transcurrió posteriormente a su comisión, permitirá no tan solo entender el por
qué de su inicio, sino también, aquellos factores que estimularon su
producción.
Si bien este tipo de estudios requiere de
la consideración de múltiples factores, estos nos permiten obtener una mayor
precisión en los resultados de la investigación; y aun más importante, la
posibilidad de generar programas más eficaces de prevención, educación y
readaptación social, en sujetos que presentan rasgos de conductas antisociales,
un trastorno tal cual, o bien, que ya han sido procesados por el sistema penal
por la comisión de algún delito y que, pudiendo contemplar la reinserción del
sujeto al tejido social, se deben tomar medidas preventivas y de reeducación
para que el sujeto pueda tener otro tipo de interacción con su medio, lo que a
su vez, puede beneficiar de algún modo, mucho o poco, a la sociedad en la que
esta inmerso.
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