Monday, October 28, 2013

Psicología de la Antisocialidad

Dentro de este tema, abordaré temas relacionados a la psicología de la antisocialidad, la cual se debe recordar, no necesariamente debe ser un trastorno de la personalidad; para esto, la investigación se basará en la comprensión de la conducta.

Trastorno de Personalidad Antisocial
De las personalidades antisociales, puede decirse que son extrovertidas e inestables emocionalmente y se caracterizan por la hostilidad, la rebeldía social y la ausencia de conductas emocionales de miedo ante el castigo y las situaciones arriesgadas, así como por los comportamientos impulsivos, la baja tolerancia a la frustración y la dificultad para la demora del reforzamiento (Millón, 1998).
Para complementar lo anterior se describirán los criterios establecidos en el DSM-IV para el diagnóstico del TPA (trastorno de personalidad antisocial) los cuales se centran casi en su mayoría en comportamientos observables:
A- El individuo manifiesta un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de quince años, como lo indican tres (o más) de los siguientes ítems:
1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales
2. Deshonestidad
3. Impulsividad
4. Irritabilidad y agresividad
5. Despreocupación
6. Irresponsabilidad persistente
7. Falta de remordimientos

B. El sujeto tiene al menos dieciocho años.
C. Existen pruebas de un trastorno disocial que comienza antes de los quince años.
D. El comportamiento antisocial no aparece en el transcurso de una esquizofrenia o un episodio maníaco (Lykken, 2000).

Estudio de la Conducta Antisocial
La integración de una conducta, se logra con la expresión de un comportamiento, así, el quehacer humano, manifiesta los matices biológicos, psicoafectivos y socioculturales que se combinan para generar una acción. El espacio creativo del hombre, traduce el estrecho vínculo de los elementos antes mencionados, su naturaleza, el grado de normalidad y las patologías que encierra. Hoy en día, hablar de normalidad implica adaptación, y la adaptación de un sujeto se aprecia en la medida que logra convivir con sus semejantes y el medio en el que habita. Dentro del estudio de la conducta existen clasificaciones, una de ellas, explica cómo se observa el hombre en relación a su nivel de convivencia:
**Conducta social; en este tipo, los sujetos se relacionan de manera grupal, aceptando y haciendo suyas las normas sociales.
**Conducta asocial; el individuo se aleja del medio y aunque conoce y observa las normas de convivencia social, prefiere la soledad, la que asume voluntariamente de sus semejantes.
**Conducta parasocial; el sujeto manifiesta comportamientos que se alejan de los socialmente establecidos, intentan llamar la atención con su forma de ser. No agraden de manera consciente a sus semejantes.
**Conducta antisocial; es aquella en la que el sujeto voluntariamente se enfrente a la norma establecida, comete actos que dañan a los demás y al hacerlo se daña asimismo. La justificación de sus actos puede ser por motivos sociales, económicos, culturales o incluso biopsicopatológicos, pero en todos los casos existe un perfil de concordancia: el daño y la ruptura de la norma.
Una conducta antisocial, no es necesariamente antijurídica, pero una conducta antijurídica, generalmente es una conducta antisocial. Ante esta situación, el hombre ha definido penas, conceptualizado delitos y enmarcado la expresión de los mismos. Esta demarcación, está matizada por la cultura, la tradición, la religión e incluso la geografía. Incluso hasta los eventos del maltrato físico a la mujer y la violencia familiar que exhiben conducta antisocial son explicadas de distinta forma cuando se visualizan a través de las diversas culturas, tradiciones y costumbres. Lo que para algunos es un acto de violencia, para otros, sólo es un acto en el que se asegura la autoridad y el respeto.
Por ello, escribir sobre la integralidad de la conducta, implica analizar:
**Sociedad; La sociedad representa un conjunto de individuos que, compartiendo un espacio geográfico, costumbres, tradiciones y normas de convivencia, establecen relaciones mediante las cuales se identifican y trabajan por un fin común, y pueden clasificarse en urbana, suburbana o rural.
**Costumbres; están en dependencia directa con la sociedad, se vinculan con la tradición, el espacio y el tiempo. Influyen en los roles sociales, repercuten en el nivel de salud y en la personalidad del sujeto.
Es poco probable modificar se súbito una costumbre, ya que su impacto se graba en la conducta del sujeto como una situación socialmente aceptable.
**Tradición; junto con la costumbre, ambas son cuestiones inseparables. Se trasladan de generación en generación y contribuyen a establecer rasgos fijos de convivencia en la conducta de los individuos. Su presencia alienta la convivencia, aunque puede provocar en algunos sujetos el asilamiento. También es parámetro que enmarca la regularidad de las manifestaciones conductuales ya que todo aquello que se aleje de su expresión, cae en una percepción parasocial, asocial o antisocial.
**Espacio, Tiempo y Contexto; cada sociedad evoluciona acorde a sus necesidades. En la medida en que las necesidades se satisfacen se forman normas y criterios de convivencia que tienden primero a procurar el avance y el aseguramiento de la estabilidad en la comunidad y en un segundo aspecto, promueven las transformaciones que aseguran la calidad de vida de los sujetos.
Por ello, en dependencia de las necesidades, se dan las soluciones. Y la calidad y pertinencia de las mismas, se revela en el comportamiento de su sociedad. Cada tiempo, entonces se presenta distinto y cada contexto traduce los enfoques de tratamiento a las problemáticas específicas revelando al mismo tiempo las carencias.
**Sexo, Edad y Ocupación; cada sociedad delinea de manera específica las funciones que deberán cumplir sus miembros en dependencia directa de su sexo, edad e incluso el tipo de ocupación. Esto aunque visto de primera intención como benéfico, limita a la persona. No todos están dispuestos a someterse a los roles. Y otros o bien los cumplen con suficiencia, o no tienen capacidad para darles respuesta de ahí que surjan conflictos de identidad que condicionan conductas diversas
**Religión; Este aspecto es muy importante para el crecimiento, desarrollo y evolución de un pueblo. Incide de manera particular, en las pautas de conducta de los sujetos y puede cuando es observada con apego, apoyar el cumplimiento de las normas que regulan la conducta social.
La religión regula y controla la participación del hombre, con el hombre mismo, con sus semejantes y con su entorno; además lo responsabiliza del bien común y lo alienta al logra de satisfactores que favorezcan su socialización.
Existen líderes, que malinterpretando el sentido y dicho religioso, proyectan a los ciudadanos a la realización de actos antijurídicos convencidos de que es un deber sacramental. Crímenes fabricados y encubiertos por el velo de una religión ajustada a los intereses de unos cuantos.
**Status; se identifica con el poder económico de cada sujeto. A mayor capacidad de solventar necesidades materiales, mayor seguridad del sujeto. Muchos equiparan su estima, con su nivel económico. Y muchos hay que crean su propio sistema de reglas y normas que aún cuando quebrantan o se contraponen con las socialmente aceptadas, las ejercen sin ningún temor con la seguridad que su posición les da. Y en el lado contrario, se encuentran aquellos que al carecer de todo, se sienten con el derecho de “quitar” a quienes más tienen y lo hacen sin remordimiento alguno, ya que consideran que su precaria condición es en parte resultado de los excesos de los más favorecidos.
**Estación del año; Las estaciones del año también influyen en el comportamiento de los sujetos. La mayor incidencia de accidentes se aprecia en verano y otoño. Los suicidios en invierno, los delitos sexuales en primavera y verano y en lo que respecta a los hechos sociales como son los casamientos, se consuman en mayor número en invierno y primavera.
**Escolaridad; a mayor nivel de escolaridad, mayor elaboración en la comisión de actos antisociales y antijurídicos, y a mayor escolaridad, las conductas se expresan a favor de conseguir bienes materiales, se intenta causar daño únicamente de tipo material al otro, aunque las lesiones sobre todo bajo la influencia del alcohol pueden ser ejercidas sin ningún cuestionamiento y también, se observa mayor elaboración de estrategias para evadir el resarcimiento de los actos cometidos.
Si existe escolaridad inconclusa o con nivel básico, generalmente la conducta antisocial se orienta a la comisión de delitos contra la integridad del sujeto y su vida. Hay quiénes se especializan en el trágico y consumo de drogas. Pero en general, con respecto a los sujetos de menor escolaridad se expresa el delito del robo de manera preponderante, siendo el más frecuente en la mayoría de las estadísticas actuales.
**Nivel de Salud; si el concepto de salud, se describe actualmente como sinónimo de adaptación y capacidad de convivencia en las relaciones sociales, entonces, se aprecia que el deterioro de las mismas refleja no tan sólo carencia de socialización sino un estado no saludable.
Existen además trastornos neuroendocrinos, que predisponen a la manifestación de conductas antisociales y enfermedades virales que alteran la conducta del sujeto que se refleja en el individuo y repercute en su medio.
**Grado de Responsabilidad; La conducta de un jefe repercute en sus subordinados y por ende en su empresa. Por efecto dominó, todo lo que se hace o se deja de hacer en el trabajo, se traduce en un comportamiento, en la imagen que el centro de labor brinda a la sociedad. Las entidades laborales, que gozan de altos índices de producción, reconocen, validad e impulsan los esfuerzos de cada uno de sus elementos. Propician el sentimiento de identidad y con ello logran compartir responsabilidades y aminoran el stress.
En cambio, aquéllas empresas en las que no existe un esquema organizador, propician el autoritarismo vertical y la descarga y el peso de la producción en una sola persona o en un grupo reducido de personas. Lo que los ubica en situación de conflicto, mismo que se refleja en su interrelación con los demás y con su entorno. Generalmente, estas personas, descargan su malestar en su familia a la que desatienden o maltratan.
**Compromiso; En este apartado, la clave de la funcionalidad en la conducta, está vinculada a la capacidad que un individuo posee para reconocer sus potencialidades y sus debilidades. Situación que le permitirá desempeñar funciones que no generen en su persona tensión por carecer de elementos para desempeñarlas cabalmente. Asimismo, la identificación con el fin al que está suscrito, permitirá actuar con responsabilidad, diferenciando las oportunidades de los momentos no propicios.
**Personalidad; Este punto, consolida la expresión de la integralidad de la conducta. Traduce la relación entre los factores internos y externos que conforman el carácter del individuo y refleja las influencias sociales, psicoafectivas, culturales y económicas de un sujeto. El origen de la palabra revela la “máscara” que todo ser humano se fabrica en base a la experiencia social, el impacto psicoafectivo y la herencia biológica de su entorno.

El estudio de la conducta antisocial de un sujeto criminal, debe considerarse como un proceso de investigación científica; siendo la pregunta clave el ¿por qué?; Muchos individuos atraviesan por situaciones extremas, pobreza, hambre, inseguridad, humillación, abandono, vejación, soledad, pero de ellos sólo unos cuantos optan por la conducta antisocial tipificada como delito.
Si consideramos que la sinapsis es la clave de la conducta; la identificación, transmisión, conducción y respuesta ante un estímulo parte de la efectividad de operación a nivel neuronal. Pero para que se presente la acción neuronal se requiere de la participación de los neurotransmisores y la constitución de estas sustancias, depende del equilibrio metabólico. En la vida, como en el organismo, todo parte de la equidad, así que por mínimas que sean las carencias, el organismo las detecta, y si no son restauradas, de un estado de alerta, puede llegarse a una alteración.
El cerebro requiere de dos elementos claves para funcionar: Glucosa y Oxígeno; elementos que el organismo provee de tal suerte que su aporte es preferencial para órganos claves. Bajas o altas de glucosa, modifican la expresión del comportamiento, se ha demostrado que sujetos con hipoglucemias, aún cuando posean una conducta considerada como normal, pueden llegar a robar para saciar su hambre; y sujetos con carencia de oxígeno, desvarían en su comportamiento, incluso mostrando agresividad y violencia.
Aunado a lo anterior, las condiciones en las que se desarrolla la convivencia diaria son predisponentes para alterar la conducta de un sujeto. En un departamento de consejería para parejas disfuncionales, realizaron el experimento de que mientras lo sujetos esperaban para acceder a la consulta, les incrementaban la temperatura de la habitación, disminuían el aporte de oxígeno y cambiaban la música ambiental por música estridente. Estos sujetos, a los quince minutos empezaban a discutir y a los treinta minutos posteriores, incluso llegaban a situaciones de violencia verbal. Si esto sucede en personas “normales”, no es difícil entender qué pasa con sujetos que presentan conductas antisociales.
En el estudio de un sujeto antisocial, se habrán de considerar los siguientes apartados:
**Persona; se debe valorar, datos generales (edad, sexo, estado civil, pseudónimo, lugar de nacimiento, lugar de residencia, tiempo de residencia, ocupación, tipo de ocupación, tiempo de labor, etc.) escolaridad, hábitos, datos antropométricos, señas particulares, tatuajes, pasatiempos, ocupación, cultura, costumbres, deportes, religión, perfil psicológico, peligrosidad, antecedentes personales patológicos (enfermedades propias de la infancia, adolescencia, adultez, cirugías, transfusiones sanguíneas, fracturas, etc.) nivel de autoestima, visión del mundo, capacidad de adaptación al medio y grado de tolerancia y frustración.
**Familia; primero se debe conocer si existe la familia, de qué tipo es, si es funcional o no, de qué manera se integra, nivel de relaciones intrafamiliares, apoyo, frecuencia del apoyo, convivencia, tipo y funcionalidad de la misma, rol que desempeñaba el individuo antes, durante y después del delito y en el momento del estudio. Qué expectativas tiene la familia con respecto al sujeto, qué apoyos brinda la familia al sujeto, y de qué manera la familia piensa apoyar al sujeto, si continúa en el centro de readaptación social o de lograr su egreso.
**Sociedad; se debe observar el núcleo de relaciones del individuo, la geografía, zona y lugar de residencia. Comparar si las costumbres y tradiciones sociales son compatibles con las observadas o descritas por el sujeto de estudio. El contacto con los amigos o compañeros cercanos del individuo es deseable. Y la valoración de las normas que sancionaron al sujeto visualizado en tiempo, espacio y contexto es de sumo valor.
**Delito. Con referencia al delito, se deberá observar su figura y tipo, si se dirigió hacía el daño de un bien material o fue encaminado hacía otra persona. Algo de sumo interés es conocer, si el individuo es primo delincuente o reincidente, de ser reincidente, si lo es por el mismo tipo de delito (delincuente serial) o si existen delitos distintos o semejantes pero con innovaciones en cuanto a su producción. Es oportuno asimismo, inquirir si fue cometido el ilícito de manera aislada o en compañía, si esta alianza fue ocasional o perduro después de la falta, si fue ideación propia la comisión delictiva o recibió instrucciones.
El que alguien genere un delito, representa una situación de análisis seria. Porque quien rompe una norma y daña, manifiesta una necesidad resuelta por caminos erróneos; expresa una deformación de la realidad y una visión social desvalorizada y por ende, una estima muy baja. Tan baja es la autoestima de quien delinque, que no le importa dañar aún cuando ese daño repercuta en su persona, en su familia y en su entorno.
El estudio de un sujeto que cometió una conducta delictiva debe realizarse sin preconceptos, de tal manera que se evite la parcialidad, particularización en la emisión de juicios y justificación en el proceder del sujeto.
El sujeto que delinque, lo hace encontrando en su proceder, la satisfacción de una necesidad. La necesidad genera una acción, la acción refuerza la intencionalidad, da como resultado una conducta que estimula a su vez una nueva necesidad, que al sentirse saciada de manera plácida, intensifica una nueva acción, produciéndose una cadena causal.  Así, al investigar el origen de la manifestación delictiva (criminogénesis), y al describir con criterios de universalidad, los elementos que sostuvieron su tendencia de acción (u omisión acorde al caso), el momento mismo del delito y el lapso de tiempo que transcurrió posteriormente a su comisión, permitirá no tan solo entender el por qué de su inicio, sino también, aquellos factores que estimularon su producción.

Si bien este tipo de estudios requiere de la consideración de múltiples factores, estos nos permiten obtener una mayor precisión en los resultados de la investigación; y aun más importante, la posibilidad de generar programas más eficaces de prevención, educación y readaptación social, en sujetos que presentan rasgos de conductas antisociales, un trastorno tal cual, o bien, que ya han sido procesados por el sistema penal por la comisión de algún delito y que, pudiendo contemplar la reinserción del sujeto al tejido social, se deben tomar medidas preventivas y de reeducación para que el sujeto pueda tener otro tipo de interacción con su medio, lo que a su vez, puede beneficiar de algún modo, mucho o poco, a la sociedad en la que esta inmerso.

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