En este trabajo se analizara
las cuestiones que giran en torno a la personalidad y sus trastornos, el cómo
afectan la vida del sujeto y aun mas importante, el tipo de tratamiento que
puede recibir cada tipo de personalidad.
Comenzaré pues, definiendo el concepto
de personalidad, basándome en el DSM – IV, de esta manera se podría decir que
la personalidad consta de rasgos, “que son patrones persistentes que influyen
en la forma de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno
mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y
personales”. Estos rasgos solo constituyen trastornos cuando son inflexibles y
desadaptativos, es decir, causan un deterioro en la funcionalidad del sujeto, o
bien, causan un malestar subjetivo.
Si bien se debe tomar en
cuenta los patrones que el sujeto muestra, también debemos tener en cuenta todo
un marco contextual del sujeto, es decir, los antecedentes étnicos, culturales
y sociales de la persona; que no deben ser confundidos con problemas asociados
a la adaptación de una cultura diferente que se da tras la migración o con la
expresión de hábitos, costumbres o valores religiosos o políticos
pertenecientes a la cultura del sujeto; además de esto, se debe tomar muy en
cuenta, que su personalidad no se vea afectada por cuestiones de una enfermedad
médica o el consumo de algunas sustancias.
Otro punto a considerar, es
que existen ciertos tipos de personalidad que pueden ser encontrados con más
frecuencia en hombres, y otros son más frecuentes en mujeres; mismo punto en el
que debemos tener en cuenta que la observación y análisis del sujeto, no sea
interferido por estereotipos sociales acerca de los papeles y comportamiento
típico de cada sexo.
Tomando lo anterior en cuenta,
y basándonos en el DSM – IV, para poder determinar un trastorno de la personalidad,
debemos tomar en cuenta:
-- Un patrón permanente de
experiencia interna y comportamiento que se aparta acusadamente de las
expectativas de la cultura del sujeto, ya sea de manera cognitiva (forma de
percibir e interpretarse a sí mismo, a los demás y a los acontecimientos),
afectiva (intensidad, labilidad, adecuación de respuesta emocional),
interpersonal o de control de impulsos.
-- El patrón anteriormente
descrito es inflexible y se extiende a todas las situaciones personales y
sociales del sujeto.
-- El patrón genera malestar
clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas
importantes de la actividad del individuo.
-- El patrón es estable y de
larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al
principio de la edad adulta.
Ahora bien, una forma de poder
clasificar y diagnosticar los rasgos de personalidad, sean funcionales o
trastornos, es la siguiente:
-- Paranoide; la
característica esencial de este trastorno es un patrón de desconfianza y
suspicacia general hacia los otros, de forma que las intenciones de estos, son
interpretadas como maliciosas. Este tipo de personalidad tiende a dar por hecho
que los demás se quieren aprovechar de ellos, que quieren hacerles daño o
engañarlos, aun sin tener pruebas que apoyen sus argumentos.
Su tratamiento es difícil
debido a que las personas sienten extrema desconfianza con los médicos o
terapeutas, en caso de ser aceptados por el sujeto, se recomienda la
combinación de fármacos y psicoterapia.
-- Esquizoide; este tipo de
personalidad suele caracterizarse por un patrón de distanciamiento de las
relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional en las
relaciones interpersonales. Este tipo de sujetos no muestra tener deseos de
intimidad, parecen indiferentes a las oportunidades de establecer relaciones
personales y no parece satisfacerles la idea de formar parte de una familia o
grupo social. En otras palabras, prefieren usar el tiempo en ellos mismos realizando
actividades preferentemente solitarias; además de mostrarse indiferentes ante
los halagos o criticas de otros, y muestran una frialdad emocional,
distanciamiento o aplanamiento afectivo.
Estos sujetos rara vez buscan
tratamiento, de manera que no se sabe qué tipo de tratamientos puedan
funcionar; es posible que la psicoterapia no sea efectiva debido a la poca
capacidad para relacionarse con otras personas. Un método utilizado con estas
personas es el poner una menor exigencia para la intimidad o cercanía emocional,
debido a esto, tienden a mejorar sus relaciones enfocadas en la expectativa o
actividad laboral o intelectual.
-- Esquizotípico; la
característica esencial de esta personalidad es un patrón general de déficit
social e interpersonal, caracterizado por un malestar agudo y una capacidad
reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognitivas, perceptivas y excentricidades del
comportamiento. Por lo general son personas supersticiosas, sienten tener un
poder especial para predecir eventos o leer los pensamientos.
En este tipo de sujetos, la
psicoterapia es una parte importante del tratamiento; la orientación en
destrezas sociales les puede ayudar a alagunas personas a hacerle frente a
situaciones de la vida social. También pueden agregarse los fármacos para
reforzar los efectos en el sujeto.
-- Antisocial; la
característica esencial de esta personalidad es un patrón general de desprecio
y violación de los derechos de los demás, mismo que da inicio en la infancia o
adolescencia y continúa en la edad adulta. Estas personas no logran adaptarse a
las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal; suelen engañar
o manipular para obtener lo que desean, son impulsivos y sus actos no son
pensados (así como las consecuencias), por lo que no piensan en su seguridad o
la de otros; son irresponsables y no tienen remordimientos.
Dado sus características,
estos sujetos son difíciles de tratar, ya que rara vez buscan ayuda por su
cuenta e inician terapias cuando una autoridad legal se los obliga. Los
tratamientos conductuales de recompensa y castigo suelen tener una mejor
respuesta en el sujeto, aunque el uso de psicoterapia no está exento;
-- Limite; esta personalidad
se caracteriza por un patrón general de inestabilidad en las relaciones
interpersonales, la autoimagen y la afectividad, así como una notable
impulsividad. Estos sujetos idealizan y devalúan rápidamente a las personas con
las que conviven; pueden cooperar con otros con el fin de que estos, satisfagan
sus necesidades, muestran una serie de intentos o amenazas de suicidio y
automutilación, tienen sentimientos de vacío y suelen tener dificultades para
controlar la ira.
En este tipo de
personalidades, los tratamientos donde se combina la psicoterapia con medicamentos (reducción de
ansiedad e impulsividad) han mostrado una mejor respuesta, aunque el uso de los
fármacos no corrigen el carácter, donde entra en juego la psicoterapia a largo
plazo y la terapia grupal, y aunque el tratamiento aparente ser difícil, con el
tiempo, la mayoría de las personas logra tener una mejor funcionalidad.
-- Histriónico; la
característica principal de esta personalidad es una emotividad generalizada y
excesiva y muestran un comportamiento de búsqueda de atención. Los sujetos con
esta personalidad, no se sienten cómodos cuando no son el centro de atención;
son vivaces, dramáticos, suelen ser provocadores o seductores; pueden ser
fácilmente influenciados por los demás y por las modas del momento.
Este tipo de personas a menudo
buscan tratamiento cuando experimentan depresión o ansiedad por relaciones
sentimentales fallidas u otros conflictos con personas; y aunque la
psicoterapia es el mejor tratamiento, no se descarta el posible uso de
fármacos.
-- Narcisista; la
característica principal de esta personalidad es un patrón general de
grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía. Estas personas suelen
sobrevalorar sus capacidades y exagerar sus conocimientos y cualidades y suelen
desvalorizar la participación de los demás. También suelen pensar que solo los
pueden comprender o pueden relacionarse con otras personas que son especiales,
atribuyéndoles cualidades de únicos, especiales o de tener un talento; saca
provecho de los demás para alcanzar sus propias metas, frecuentemente envidia a
los demás o cree que los demás le envidian y tienen comportamientos o actitudes
arrogantes o soberbias.
En sujetos con este tipo de
personalidad, el uso de la psicoterapia puede ayudar a que se relacionen con
otros de una forma más positiva y compasiva.
-- Evitación; esta
personalidad se caracteriza por un patrón general de inhibición social,
sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad a la evaluación negativa.
Estos sujetos evitan actividades interpersonales con el fin de evitar la
crítica, desaprobación o rechazo, se ven a sí mismos como ineptos socialmente,
se sienten poco interesantes e inferiores y no corren riesgos personales ni se
implican en actividades debido a que pueden ser comprometedoras.
El tratamiento recomendado
para estos sujetos, es el uso de psicoterapia, con el fin de que la persona
tenga menor sensibilidad al rechazo; además, se puede combinar con
antidepresivos, lo que reforzaría los efectos de la terapia.
-- Dependencia; la
característica de esta personalidad es una necesidad general y excesiva de que
se ocupen de ellos, son sumisos y sufren temores de separación, esto debido a
que se sienten incapaces de funcionar adecuadamente sin la ayuda de los demás.
Son sujetos con poca capacidad para tomar decisiones, son pasivos y permiten
que otros decidan en su vida; tienen dificultad para expresar el desacuerdo con
otras personas, no pueden iniciar proyectos o hacer cosas a su manera, suelen
realizar tareas desagradables para conseguir apoyo o protección; al terminar
una relación buscan iniciar otra rápidamente y tiene un miedo no realista de
abandono y que tenga que cuidarse a sí mismo.
En cuanto al tratamiento, la
psicoterapia se considera la más efectiva, con el objetivo de ayudar a que
estas personas logren tomar decisiones de manera independiente; también se
puede recomendar el uso de fármacos con el fin de reducir la ansiedad o la
depresión, que pueden ser síntomas asociados.
-- Obsesivo – Compulsivo; la
característica de este tipo de personalidad es una preocupación por el orden,
el perfeccionismo y el control mental e interpersonal. Estos sujetos intentan
mantener el control por medio de diversos métodos, perdiendo el objeto
principal de actividad; se dedican excesivamente al trabajo y productividad;
son tercos, escrupulosos e inflexibles en temas de moral, ética o valores; no
pueden deshacerse de objetos que no utilizan, le cuesta delegar tareas (a no
ser que sigan sus reglas), son avaros con ellos y los demás y son rígidos y
obstinados.
El tratamiento de estos
sujetos incluye el uso de fármacos para reducir la ansiedad y depresión; además, se piensa que la psicoterapia es el
tratamiento más efectivo, aunque de manera general, se recomienda la
combinación de ambos tratamientos para intensificar los resultados en el sujeto.
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