En este trabajo abordaré dos
temas indispensables en la participación del psicólogo en el ámbito de Atención
a Víctimas, la Evaluación Psicológica y su repercusión en el ámbito legal, y la
Intervención que debe realizar el profesional para poder ayudar a la víctima a
superar el acontecimiento que le colocó en esa posición.
Evaluación Psicológica
Es bien sabido que la
Evaluación Psicológica cuenta con un factor en común, tanto en el ámbito
clínico, como en el forense, en lo que respecta a su realización, esta es, la
valoración de la salud mental del sujeto. A pesar de esto, podemos encontrarnos
con grandes diferencias, que son las principales que marcarán el curso de cada
una.
Comenzaré pues, haciendo
mención de las diferencias que nos podemos encontrar en cada una de estas áreas
de la Psicología. Primeramente debemos mencionar que a lo largo de esta
“Ciencia”, se han ido realizando grandes aportaciones al marco teórico de la
misma, lo que nos permite realizar aproximaciones mas exactas (y a veces muy
superficiales y casi “chamanicas”) a la realidad de cada sujeto, sin embargo
contamos con algunas herramientas psicométricas con una buena estandarización a
la población a la que procederemos a evaluar y que nuevamente, nos aproximan a
la realidad del sujeto; pesé a esto, debemos tomar en cuenta que la clínica y
la forense, no se manejan de igual manera.
El objetivo de la aplicación
de las pruebas estará precedido por el motivo por el cual llega a nosotros el
sujeto. En el área clínica se cuenta con una perspectiva de poder realizar un
diagnostico y tratamiento a la persona evaluada, en cambio, en el ámbito
forense, la aplicación de las pruebas es solicitada por una autoridad, es
decir, una entidad judicial, por lo que de aquí se desprende la primera
diferencia, aun siendo psicólogos, solo se nos necesita para hacer una
aproximación a la realidad y conducta del sujeto, más no se nos solicita la
elaboración de un tratamiento, puesto el que trabajo realizado servirá para la
toma de decisiones del juez/fiscal en relación al caso y a la participación del
presunto culpable, o las secuelas psicológicas ocasionadas en la víctima por el
delito que ha sufrido.
Otro punto que debemos tomar
en cuenta es la participación del sujeto para con el psicólogo, por la misma
solicitud realizada por una autoridad, debemos ser muy precisos en la forma en
que se va a realizar la evaluación. En el ámbito clínico contamos con poca
resistencia por parte del paciente para la realización y recabación de
información, por la misma razón implícita de que es algo que le beneficiara, en
cambio, en aspectos forenses, el sujeto se nos presenta con una alta
resistencia, probablemente con una negación para la realización del trabajo solicitado
y en ocasiones, la posibilidad de que las pruebas que hemos seleccionado ya le
han sido aplicadas; es por esto que, a pesar de todo, en ambos casos, la
entrevista sigue siendo el método base para la realización del peritaje.

El eje 5 está basado en la “Escala de Evaluación de la Actividad Global – EEAG”, donde se puntúa la actividad psicológica, social y laboral del sujeto, tomando en cuenta la continuidad del proceso salud – enfermedad, donde debemos considerar que el sujeto este equilibrado en todos sus aspectos; la evaluación psicológica en el ámbito legal se encuentra en desarrollo, aun se puede prescindir del trabajo del psicólogo en algunos casos cuando los términos del peritaje son inconclusos, la integración de esta profesión en aspectos legales ha sido a mi parecer, más difuso, incluso el Psicólogo Forense no cuenta con un Código Ético, se sigue rigiendo por aspectos que abordan aspectos Educativos, de Investigación, Clínicos y otros más, para la conducción de sus labores.
Bibliografía:
La Evaluación Psicológica Forense frente a la Evaluación Clínica: Propuestas y Retos de Futuro (Echeburúa, Enrique; Muñoz, Jose Manuel; Loinaz, Ismael; International Journal of Clinical and Health Psychology, 2011)Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales – DSM IV
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